viernes, 7 de noviembre de 2014

La princesa analfabeta con cola de pez

De niños nos cuentan muchos cuentos, y muchos de ellos marcan nuestra vida de maneras insospechadas y muchas veces inconscientes. Uno de los cuentos que marco mi vida fue el cuento de la princesa analfabeta con cola de pez... O sea... "La sirenita".

Por mucho tiempo he creído que hay que estar en cambios constantes, que una cola de pez no es suficiente y que siempre hay que buscar tener pies, porque caminar es mejor que nadar ¿será? 

También creí que tener pies lo cambiaba todo! Porque solo así uno podría encontrar el amor de un príncipe maravilloso. Sin embargo, siempre habría que tener cuidado, porque podía llegar otra princesa y quitarte a tu príncipe. Y entonces si, no quedaría más que sacrificarse por amor y volverse espuma de mar.

Hoy sin embargo me pregunto. Que la sirena no podía escribir para declararle todo su amor al príncipe y así vivir "felices por siempre"? Evidentemente no podía porque claro, ERA ANALFABETA. Hoy también me pregunto si ese amor en el que hay sacrificio es verdadero amor? Después de años me parece que no lo es tanto.

Me gusta poder decir hoy que busque los pies hasta cansarme, y los encontré! Y los uso bastante bien! Pero a veces también extraño la cola de pez, esa es justo a la que recurro ahora, porque nadar es como volar, da libertades y gozo que no da el caminar. Así que pensándolo bien, me gustan las dos cosas.

También creo que el amor no es sacrificio, y que tener miedo de que lleguen a quitarte ese amor te impide vivirlo al máximo. Si pasara seguramente nada podría hacer, así que por que no vivir tu amor al máximo sin miedo a perderlo, porque obvio puede pasar pero algo debe significar que no sea así no creen?

Al final todos nos haremos espuma, entonces por que no vivirlo todo al máximo? Me queda claro al escribir esas palabras que no soy analfabeta y que a diferencia de esa sirena puedo usar mis palabras para entenderme y para acercarme a otros.

Creo que es buen momento de dejar de ver el amor como un cuento de hadas, en el que se sacrifican unos para la felicidad de otros, o en el que de verdad se cree en príncipes y princesas. Me gusta las pensar que todo es real y que las colas y los pies son solo herramientas que uno tiene para seguir viviendo lo mejor posible y tratando día a a día de alcanzar eso que todos anhelan y que pareciera ser único de los cuentos. LA FELICIDAD.

martes, 4 de noviembre de 2014

Una mascara mas

Empiezo este nuevo blog como un enmascarado mas, y no, no me refiero a esos enmascarados que le hacen el bien a todos desde el anonimato, sino a otro tipo de enmascarado que explicare mas adelante.

Mi última crisis me tiene sumamente angustiado, ya busque ayuda terapéutica y evidentemente espero que a medida que escribo en este blog me vaya dando cuenta, como en otras ocasiones, que las cosas cambian y la angustia se desvanece. Mientras tanto solo puedo decir eso, que estoy A N G U S T I A D O.

Todos llevamos mascaras en esta vida, la mascara de hijo perfecto, la de novio perfecto, incluso para algunos que ya están en esos andares la de padre y madre perfecta. Ese es el tipo de máscaras al que me refería al inicio de este post.

Yo hoy empiezo a ver una de mis máscaras (claro que me he quitado varias y me he puesto otras a medida que es necesario), esta mascara de la que hablo me esta causando muchos conflictos porque al parecer se rompió de repente ( o eso siento) dejando expuesto un lado muy vulnerable de mi ser. 

Esta mascara que aun no puedo nombrar me evitaba darme cuenta de que estoy lastimándome mucho, y de que en realidad no me estoy haciendo responsable de ello, muy al contrario ha sido fácil culpar a otros y hacerlos responsables de mis emociones y actos.

He sido muy cruel conmigo y hoy al verlo me he dado cuenta de que me estoy juzgando durisimo por ello, no se como parar y no se que hacer para evitarlo a futuro, pero tal vez darme cuenta sea el primero de los pasos. He tenido momentos de vida en los que realmente me he amado, y esos momentos son a los que recurro hoy, tratando de recordar sensaciones o simplemente cosas que me hacían sentir amado por mi.

Este camino apenas empieza y aunque no puedo decir que se haya ido, por lo menos puedo sentir que escribir estas palabras me ha hecho bajarle a la angustia tantito, y seguiré haciendo todo lo necesario para hacerla tan chiquita que un día pueda dejarla atrás sin que sus piernas sean lo suficientemente largas para alcanzarme de nuevo. Veremos